No, en gran parte depende de
la contención y seguridad que los adultos le ofrecen.
De la misma forma que los niños hasta los 3 años pueden llorar cuando tienen que bañarse, cambiarse la ropa, cortarse el pelo o las uñas,
ir al médico, etc. también pueden lagrimear cuando van al dentista.
El llanto en el sillón odontológico
en esta edad, no siempre es sinónimo
de dolor, sino de temor y desconocimiento.
Los niños pueden decir “no entiendo por qué estoy aquí”, “no me gusta”,
o “me quiero ir a casa”.
El Odontopediatra es quien puede distinguir los diferentes tipos de llanto para saber si es dolor o simplemente una defensa frente a lo desconocido.
Ante todo no alarmarse por las rabietas o los llantos. Los niños ignoran los motivos de la consulta al odontopediatra.
Ellos desconocen por qué necesitan quedarse con la boca abierta por tanto tiempo (un minuto para ellos puede ser interminable).
Otras veces les resulta complicado entender la relación “causa-efecto” .Por ejemplo “si no dejo que cepillen mis dientes, las caries aparecen “ o “si voy al dentista entonces me voy a sentir mejor” Los padres no deben de preocuparse por el llanto del niño, porque no siempre es la respuesta al dolor.
En nuestro consultorio hemos creado un ambiente especialmente adaptado como plaza de juegos, que incluye un sillón odontológico en miniatura, juegos, pizarrón magnético y la disponibilidad de una PC con actividades interactivas para todas las edades.
El concepto es simple: la visita debe ser un momento placentero y agradable. Preferimos que en la primera consulta los niños se amiguen con el espacio y los modos de cuidar su salud bucal
Juntos aprendemos como cepillar los dientes (técnica de cepillado, tipo de pastas dentales, posición del cepillo, como hacer si el niño no se deja cepillar, etc.); hábitos de dietas saludables; uso del flúor; ya que lo más importante es la adaptación y el conocimiento del ambiente y del profesional.
En la 2ª consulta cuando el niño ya conoce el sillón odontológico, el instrumental, los ruidos
y movimientos etc., vamos a realizar los primeros procedimientos como el examen clínico y si fuera posible, la primera aplicación de flúor.
Al amamantar a tu hijo debes hacerlo sentada y erguida. Así se favorece
el desarrollo normal de los maxilares
y músculos de la boca de tu bebé. Cuando nace el niño, su boquita está libre de los agentes que causan las caries (bacterias). Estas son trasmitidas al niño cuando aparecen los primeros dientitos (ventana de infectividad). pueden ser transmitidos por biberones, chupetes o juguetes
sin higienizar.
Además, evita que tu bebé se duerma con la mamadera en la boca. El azúcar que contiene la leche junto con las bacterias, le producirán una saliva ácida que lesionará su delicado esmalte dental.
La consulta temprana, a partir de los seis meses de edad, permite anticipar
situaciones y prevenir malestares propios de la dentición.
El ideal es que la 1ª consulta se realice a los 6 meses de edad,
luego que nazcan los primeros dientitos. De esta forma los padres puedan acompañar la erupción de los dientes para que los niños nunca tengan caries.
Además, si desde temprana edad los niños van incorporando
la idea del Odontopediatra de modo gradual, pierden sus temores y les resulta familiar y divertido concurrir al consultorio.
La aparición de cada diente suele estar acompañado de algunas molestias.
Las más habituales son:
• Encías inflamadas y rojas.
• Diarrea leva, falta de apetito.
• Salivación intensa, intentos
de morder el puño.
• Unas líneas de fiebre (menos de 38ºC).
• Dificultades para dormir.
Tené en cuenta que estas manifestaciones pueden variar mucho de un bebé a otro. Ante la menor duda consultá a tu odontopediatra.
Suelen aparecer alrededor del 6º mes
y por lo general lo hacen de a pares. Antes, las encías de tu bebé se inflaman
y adquieren un color blanquecino.
Si los primeros dientes de tu hijo
se demoran, no te preocupes, porque
cada bebé se desarrolla a su propio ritmo.
Para evitarlo el odontólogo debe realizar controles preventivos
a los 3, 6
y 9 meses de embarazo.
Primer Trimestre:
En esta primera visita, el odontólogo te proporcionará información sobre aquellos temas
que te generan inquietudes sobre tu salud bucal. Te deberá realizar una historia clínica
con un minucioso examen bucal y te asesorará acerca de la correcta higiene bucal,
las técnicas de cepillado, el uso del flúor y te dará asesoramiento dietético.
Segundo Trimestre:
Si no existen urgencias, es el momento ideal para realizar
el tratamiento odontológico indicado, si fuera necesario.
Tercer Trimestre: En este período toda la información que recibas será para la salud futura del niño.
Los Cambios hormonales durante el embarazo tienen gran impacto sobre las encías.
¡Mamá! Si tus encías sangran por el cambio hormonal que experimentas, no descuides
tu higiene bucal.
Sí, ya que durante el mismo son frecuentes las náuseas, los vómitos la disminución del pH de la saliva, la ansiedad, la menor secreción salival y el mayor consumo de dulces. Todos estos factores predisponen la aparición de caries.
La lactancia, durante el primer año de vida, es fundamental para la prevención de muchas
de las malas oclusiones. Además de la importancia afectiva y nutricional, el ejercicio
muscular durante la succión del pecho materno, favorece la respiración nasal y previene
gran parte de los problemas de posicionamiento incorrecto de los dientes
y de las estructuras faciales.
La primera consulta al Odontopediatra debe realizarse cuando aparezcan los primeros
dientitos de leche, ocasión en que los padres recibirán información sobre prevención
de caries, la alimentación, higiene de los dientitos del bebé y el uso adecuado del flúor.
La prevención en salud garantiza al niño un crecimiento sin problemas bucales.
Un espacio saludable, alegre y con muchos juegos divertidos. Una compu te aguarda para que puedas ser el mejor internauta. Trae tu ipod o mp3 para compartir música y videos. Sentirse bien comienza en tu sonrisa
